Imagina que existiera un libro en el que Holden Caufield fuera alcohólico y Lolita, ayudante de fotografía. Que se conocieran en una ciudad espectacular, pongamos que en la Gran Manzana. Él queda cegado de amor. Ella, de ambición.Diario de un ladrón de oxígenoes una novela a tumba abierta que te hará reír y te partirá el corazón. Pero sobre todo es un recuento minucioso de las cosas que nos hacemos unos a otros y de las que permitimos que nos hagan.